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Cuando despertamos, el dinosaurio no se había ido



(…) es difícil matar al dinosaurio,
y cada vez que uno quiere cometer dinocidio,
no hace más que fortalecerlo,
como si nuestra imaginación siguiera siendo jurásica.

Lauro Zavala

Augusto Monterroso (1921-2003), no imaginó el revuelo que causaría aquella brevísima historia del dinosaurio: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. No entendió entonces lo que la brevedad extrema pasaría a significar para la literatura. No imaginó que cada lector amante de lo breve, despertaría siempre con un dinosaurio al lado: el dinosaurio de la minificción. Y no es que antes de Monterroso no existiera la ficción breve (o brevísima), es que hasta entonces era solo una línea que cruzaba un terreno poco transitado de la literatura: la brevedad extrema en los textos de ficción literaria. Entendiendo por “ficción,” a la presentación de situaciones, personajes y acontecimientos imaginarios, supuestos, situados en un contexto también imaginario.

«El dinosaurio», el cual forma parte del libro ‘Obras completas (y otros cuentos)’ publicado en 1959, ha sido incluido en al menos una docena de antologías publicadas en Argentina, Chile, España, Italia y México, y también ha sido traducido a varios idiomas; lo que da cuenta de la vasta variedad de lecturas alrededor de Hispanoamérica. Este texto impecable de Monterroso ha funcionado como texto para nutrir los estudios del género de la minificción, así como de leit motive en algunos textos que se han derivado a partir de él. Tal es el caso del siguiente texto, producto de un ejercicio de escritura, partiendo de las siete palabras de Monterroso: 

Cuando se despertó, el dinosaurio todavía seguía allí, porque estaba muerto, y lo que se despertó fue su alma.
Odín Álvarez

Y hay quienes se han atrevido a mirar este dinosaurio como un motivo para reflexión política.

El Dinosaurio

El dinosaurio estaba ya hasta las narices.

Hipólito G. Navarro

Cuando Monterroso escribió estas sietes palabras que conforman el dinosaurio, estaba entonces conformando un texto de impecable maestría literaria. Entre los elementos que así lo demuestran, según trabajos que se han dedicado a su estudio, se cuentan algunos aspectos que si bien no soy la autora de sus basamentos, he sido estudiosa de ellos y les he hecho seguimiento. Entre estos aspectos presentes en “El dinosaurio” se tiene que, presenta una estructura sintáctica con tres clases de palabras: tres adverbios y dos verbos. Asimismo, el uso de un tiempo gramatical que, según los entendidos en la materia, origina fuerza narrativa.  Otro aspecto tiene que ver con la ambigüedad semántica en la que encierra el texto al lector; pues quedan al aire las interrogantes: ¿Quién despertó? ¿Dónde es allí?

En cuanto a su condición de texto narrativo, se tiene el empleo del dinosaurio, una especie extinguida, como símbolo de una serie de características que pueden adherirse sin problema, al sentido e interpretación de este particular cuento mínimo. 


De igual manera, este texto monterrosiano brinda la posibilidad de ser utilizado como parte de un cuento de mayor extensión y estructura tradicional. 

Cuando se despertó, el dinosaurio todavía seguía allí. No se había movido en toda la noche, lo resguardó de la lluvia y lo protegió de otros señores.
Nos habló de él como un animal de compañía, como una mascota, fiel como un perro. Nosotros lo tomamos por loco. Todavía lo hacemos. Pero él sigue afirmando que gracias a aquel dinosaurio, todavía hoy sigue vivo.
Alba González Rodríguez
Otro detalle a tener en cuenta para los estudiosos de este dinosaurio, es la multiplicidad de géneros en los que puede encajar este minicuento: fantástico, terror y policíaco. Cuenta de ello lo confirma la cantidad de nanometrajes que se han realizado a partir del texto “El dinosaurio”, y en los que se observan expresados estos géneros de la literatura y el cine. (https://www.youtube.com/watch?v=V-RF6doUXBM).

En relación con la historia presente en el dinosaurio de Monterroso, se puede acotar que puede leer como una brevísima historia con un final cerrado, o en caso contrario, leerse como una historia con diversas interpretaciones. Y finalmente, pero no definitivo (nunca se sabe con este dinosaurio), podemos ver las variadas influencias de autores, como Kafka, por ejemplo, con una gran capacidad creadora simbólica e interpretativa. 

Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.
Inicio de Metamorfosis (Franz Kafka)


Y para recordárnoslo, al mejor estilo kafkiano, el siguiente dinosaurio del español José María Merino:
Cien
Al despertar, Augusto Monterroso se había convertido en un dinosaurio. “Te noto mala cara”, le dijo Gregorio Samsa, que también estaba en la cocina. 

Por otra parte, los comentarios, opiniones, estudios derivados de este texto mínimo, exceden la extensión del mismo. Asimismo, estas derivaciones han servido no solo para estudiar el texto minificcional, sino también para el estudio de otros géneros narrativos como el cuento y la novela. Tal es el caso de Mario Vargas Llosa cuando en sus Cartas a un joven novelista, dedica dos capítulos al estudio del tiempo y los niveles de la realidad en el género narrativo, y muy particularmente de una buena novela, usando como un excelente ejemplo,  “El dinosaurio” de Monterroso. 

Ahora bien, lo más importante, a mi parecer, no es la cantidad de discusiones y complejidades expuestas en torno a este minitexto, sino la posibilidad de construir una orientación clara y lo más didáctica posible a partir de un texto tan breve como este dinosaurio, cuyo sendero ha sido revisado por importantes críticos y estudiosos del género; tal es el caso de Lauro Zavala, cuyo aporte ha sido muy valioso en esta discusión. Monterroso solo despertó un personaje que vio a un dinosaurio que aun estaba allí. Nosotros despertamos, y el dinosaurio no se había ido. 

Sígamosle la pista...

Homenaje a Monterroso
Cuando el tiranosuario rex despertó, el dinosaurio ya no estaba ahí. 
Grabriel Giménez Eman
Sin título
Cuando despertó, todavía estaba consigo mismo. 
Guillermo Samperio

El descarado
Cuando plagió, el copyright todavía estaba allí. 
José Muñoz Vargas

Nos vemos a la brevedad...

Comentarios

  1. Geraudí Gonzalez es una apasionada estudiosa de ese nuevo tipo de expresión humana contemporánea: el cuento mínimo, sus características y su particular sentido e interpretación. Celebro su valiosa contribución a la difusión de este género, cuya expresión refleja una corriente de pensamiento que no abarca únicamente lo literario, sino mas bien es reflejo de un fenómeno sociocultural: la tendencia a la brevedad. Tendencia que inicia con el siglo XX en las artes en general, es llevado al extremo en la plástica con el minimalismo, expresada en cine y televisión con el micro y cortometraje, para alcanzar en literatura su correspondiente expresión relativamente reciente, de micro y nano ficción. Forma narrativa cuya concisión justifica su designación, ha sido reintroducida en el ámbito académico por la cibercultura y se ha generalizado mundialmente a través de las redes sociales, donde han encontrado su medio de difusión natural.

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  2. María, amiga, gracias por leerme y por esta valiosa reflexión. Un gusto compartido: el gusto por las formas breves. Nos seguimos encontrando por aquí :) Un abrazo!

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