Confesión
Mira el crucifijo con el
temor de saber que pronto será juzgada. El templo es más frío de lo que su
conciencia le repite durante el trayecto a su única salvación. Se
arrodilla y comprende que es la hora; la
salvación tiene su oportunidad y ella ni siquiera sabe si realmente quiere
expiar culpas. Ama a ese hombre con lo único que tiene para dar sin ser
señalada: la libertad de sentir bajo la sombra de un secreto.
Aun así, se confiesa:
mira los dedos del religioso y piensa su culpa entera, sin piedad. Solo
entonces comprende que aquellas confesiones de cada jueves no los libra del
pecado, ni de la culpa de ser un hombre y una mujer que esconden tras sus
hábitos la única certeza de vida y de muerte: la de saber que el pecado con traje
talar se alivia cada semana; ella de rodillas, y él, presto a escuchar lo que
conoce.
Desilusión
- ¿Qué quieres? - Dijo
la joven de capa roja.
- Saciar mi apetito con
una joven pura y casta como tú. - Respondió él.
- ¡Ah! ¡Eso! Entonces
puedo seguir tranquila a la casa de mi abuelita.
Umus
Es una especie de ave
parásita que nace y crece en los almohadones de pluma. Se alimenta de la sangre
de mujeres jóvenes, hermosas y recién casadas; a quienes sus maridos no prestan
atención. Aprovecha esta situación para adueñarse de los cuellos de pieles
tersas. Succiona así, la sangre de sus víctimas hasta provocarles la muerte.
Este parásito de pico casi imperceptible, también aterroriza a sirvientas
fieles que hacen la limpieza diariamente.
El viejo sabio
El río seguirá su
cauce... Así pensaba Jorge mientras caminaba por la carretera donde había
pasado buena parte de su vida.
Miraba la casa en la que
su madre le había preparado las mejores arepas. Todo en él, mostraba atención
plena y consciente por el paisaje que ahora veía con otra perspectiva.
Las metrópolis tienen la
capacidad de comer vivo a sus habitantes. Jorge pensaba en eso cuando vio al
viejo sabio; éste había atestiguado su adolescencia. El viejo sabio siempre
supo de sus carencias, de sus miedos. Justo ese día, sabía que Jorge se
convertiría en un leve paso, en una jugada con un final previsible.
Siempre supo que de esa tarde quedaría solo la
imagen de un hombre triste, colgado en una de sus grandes ramas.
Geraudí González
Divino
ResponderBorrarGracias por la lectura :)
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