Reencontrarme con Julio Cortázar es siempre un acierto maravilloso. Un prodigio en medio del caos; especialmente en días aciagos. Y es que en este autor encuentro siempre la maestría contada, la belleza de lo escrito dicho con poco. En mi día de taller literario, nadie leyó textos de su autoría; se prefirió abrir el compás y leer a otros autores, leer a Cortázar. Entonces, salí de allí con la alegría de reencontrar a un viejo amigo, querido y admirado; pero que a veces se extravía entre tanto documento literario. Mi amigo entrañable, mi amigo Cortázar. Continuidad de los parques Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia e...
Blog de Geraudí González